La vivienda continúa siendo un tema crucial y de actualidad para la población en general; en el caso particular de la población inmigrante, requiere la puesta en marcha de estrategias específicas para evitar situaciones de exclusión social.
La desconfianza y reticencias de los propietarios de las viviendas se manifiestan en: temor al mal uso y deterioro de la vivienda, problemas con los vecinos, desvalorización del inmueble si la zona llega a ser catalogada socialmente como «de inmigrantes», etc.
Esto se traduce, principalmente, en dos actitudes: el rechazo a alquilar a inmigrantes, o arrendarles una vivienda pero aplicando un sobreprecio que compense los riesgos mediante fórmulas como cobrar por número de personas que habitan o fraccionar el tiempo de cobro de forma inusual.
Desde MUNDO ACOGE las intermediaciones con propietarios e inmobiliarias van encaminadas a desterrar este tipo de creencias y actitudes para facilitar el acceso a la vivienda.